La Galería de los Uffizi no se construyó originalmente como museo, sino como oficinas para los magistrados florentinos; de ahí su nombre, "Uffizi", que significa "oficinas" en italiano. Encargado por Cosme I de Médicis, primer gran duque de Toscana, el objetivo principal del edificio era consolidar las oficinas administrativas del estado toscano bajo un mismo techo, como parte de los esfuerzos de Cosme por organizar y fortalecer su recién establecida administración gran ducal.
Además, los Uffizi estaban destinados a albergar las colecciones de arte de la familia Médicis, una de las más ricas e influyentes de la Europa de la época. A medida que su colección crecía, se fueron utilizando partes de los Uffizi para exponer estas obras a un público selecto, lo que marcó el inicio de su transición a galería. Tras el fin de la dinastía de los Médicis en el siglo XVIII, la última heredera de los Médicis, Anna Maria Luisa de' Médicis, legó toda la colección a la ciudad de Florencia con la condición de que nunca abandonara la ciudad. Esta colección constituyó el núcleo de la Galería de los Uffizi tal como la conocemos hoy, abierta oficialmente al público como museo en 1765.